“M’agrada anar a
menjar fora, però no sempre vull anar a un restaurant; m’agradaria que en
aquell bar, on s’està tan bé, es pogués menjar alguna cosa de bo, …”
Con esta simple
premisa el Bar del Pla (c/ Montcada, 2, Barcelona), deja caer una declaración
de intenciones en toda regla, para todos aquellos curiosos que callejeando por el
centro de la ciudad condal, se encuentren este local, acogedor y agradable al
trato.
Eso es lo que me
sucedió el otro día… callejeando… sed … ufff! Que calor! … una cervecita me
tomaba … ostia! Mira un bar! … El Bar del Pla … de que me suena … se lo habré
oído a alguien …. Pá dentro!!! … Acierto!!!
La verdad que una
vez entras… el local te hace sentir como en casa, no es muy grande, pero hay
espacio para unas cuantas mesas y la barra, como las de siempre, ancha, cómoda
y con una variedad de estímulos visuales y gastronómicos que te hacen pensar
que no sólo te conformarás con una cañita o una copa de vino …
Tienen una carta muy recomendable de vinos, gran variedad, con la posibilidad de tomártelo
en copa, y, así, degustar vinos de diversas DO … para acompañar esta diversidad
vinícola tienen una variedad de tapas caseras y tradicionales que sólo con leer
su nombre en la carta ya empiezan a funcionar tus jugos gástricos …
Al final me decidí
probar alguna cosa, tras una degustación de olivas realmente exquisitas, porque
no podía resistir más a tanto estimulo … era media tarde … y una familia de
turistas ya devoraba lo que iba a ser su cena … huevos estrellados … croquetas
caseras … un crujiente de rabo de toro con foie (ooooohhhhh!!! … Volveré a por
ti!) … Vamos! una sinfonía de olores,
sabores y gastronomía catalana que embriagaba los sentidos …
Al final me
conformé con saciar mi gula con un plato de patatas bravas realmente
reconfortante, las bravas como tienen que ser … si señor!!!
Fue una parada
gratificante y enriquecedora… me encanta descubrir sitios así en una ciudad tan
explotada en ese sentido, con infinidad de locales sin ningún tipo de vida o
esencia …
Ahora en lo único
que pienso … es en cuando podré hacer un hueco para ir a cenar a la hora que
corresponde, y, por supuesto, debo ir con hambre, para poder probar todas esas
tapitas que vi y no pude degustar… aunque volvería sólo para poder deleitarme otra vez con esas patatas bravas ….
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