Los lunes tienen efectos devastadores… con esa alma contradictoria que me caracteriza, hoy me he levantado con nostalgia de un lugar del que estoy deseando escapar… por ello quiero compartir esta cita del gran Manuel Vicent…
“Cuando se vive
muchos años fuera de la tierra, uno pierde el idioma, olvida a los amigos,
adopta nuevas costumbres, pero nunca abandona las especias que sazonaron los
alimentos de su niñez, ya que el Dios verdadero cabalga sobre la pimienta, el
estragón o el comino. No digas que has perdido la fe mientras no te haya dejado
el sentido del gusto. De pronto descubres tu propia historia en un sabor a
guindilla o en una sopa de ajo. Cuando seas mayor, un día en que estés
desprevenido, después de tanto tiempo, tomarás un potaje y por un instante todo
volverá a comenzar. A la primera cucharada te verás de niño entrando por la
puerta del jardín y el fondo de tu memoria se iluminará con la sonrisa de tu
madre, el sentido de la culpa volverá a cubrir tu cerviz con tallos de
espinacas y te sentirás cobijado. Otra cucharada, y tu alma ya estará salvada.
A mí me ha pasado muchas veces.”
MANUEL
VICENT
(Villavieja,
Castellón, 1936)
Extracto
de su obra Comer y beber a mi manera
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