Siempre he pensado que viajar es unas de las experiencias que más
marcan, que independientemente de la distancia y el lugar, nuestra naturaleza
curiosa provoca que los sentidos se pongan en máxima tensión y estemos atentos
a cualquier estimulo que nos llame la atención… el cual filtraremos y
analizaremos de una forma más minuciosa que si ocurriera en nuestro entorno…
Por ello creo que, tras experiencias vividas en tierras
transalpinas, guardo una estrecha relación con la cultura italiana y,
sobretodo, con su gastronomía… Mamma mia!!!... digan lo que digan… la más
internacional de las cocinas…
… Tan internacional es, que en mi nueva aventura en tierras insulares,
no he podido resistir a la tentación y, aprovechando una situación especial, me
dejé seducir por uno de los restaurantes italianos (fuera de sus fronteras) en
los que mis papilas gustativas han salivado más de placer… La Dolce Vita.
Una trattoria como mandan
los cánones… comida hecha al día, sin grandes pretensiones, en un ambiente
distendido y tranquilo, con materia prima de primera calidad… o sea, que todo
sabe como debe… (bueno!!!… como debería saber… (des)ventajas de nuestra bien
amada… globalización)…
Entrar en La Dolce Vita es viajar… viajar a un rincón de Italia… la
Italia de Fellini, de Pasolini, de Sofia Loren, Marcello Mastronianni… una
Italia cercana y auténtica… no es sólo su decoración sobrecargada de
iconografía italiana… sino, es ese aceite siciliano que te da la bienvenida a
la mesa y que junto a unas olivas maceradas artesanalmente, le envían un
mensaje conciso a tu paladar… “Benvenuto in Italia”…
Y si tal bienvenida, te deja indiferente… espera a recibir las
recomendaciones de Rosana… salivaras con sólo oírlas… variedad de antipasti,
pastas rellenas, salsas para mojar pan, quesos, carnes, dulces… aaaahhhh!!!
Una vez asentados y dispuestos a no perder un segundo de disfrute,
nos declinamos por una burrata con
tomate y rúcula… exquisita, cremosa hasta limites insospechados…
… Bien regada por una birra Moretti Doppio Malto…
Seguido de una verdadera Lasagna… sin trucos, ni microondas… como
mandan los cánones…
…Y para mi niña vegetariana… unos Panzerotti… deliciosos…
Para terminar… sabéis que no me puedo resistir a un buen tiramisú… y
si encima es de Limoncello… pues no se hable más… para dentro!!!
Eso sí!... Nunca le digas que no a una Panna Cotta casera…
La verdad que semejante homenaje (la ocasión bien lo merecía) en una
Trattoria como esta no podía acabar de otra manera… Chupito de Limoncello!!!
Así que si queréis viajar gastronómicamente a Italia no es necesario
coger un vuelo… visitad La Dolce Vita…
que Antonio y Rosana os harán de cicerone por su país, su cocina y su casa…
Un enorme saludo para ellos y gracias por una nueva experiencia
gastro-sensorial perfecta!!!
TRATTORIA LA DOLCE VITA
C/ Agustín Miralles, 5
Las Palmas de Gran Canaria
928 31 04 63
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